Datos de las elecciones legislativas en Argentina:
Juntos obtuvo alrededor de 9.870.000 votos, el Frente de Todos (FDT) unos 7.960.000.
En Senadores: 35 bancas para el FDT y 31 para Juntos.
En Diputados: 118 bancas para el FDT y 116 para Juntos.
El gobierno conserva la 1ra minoría en ambas cámaras del Congreso, sin embargo, ha perdido el quórum propio en el Senado por primera vez desde el 83’.
Pero... ¿Y ahora qué? Analizando el panorama de adentro hacia afuera y de abajo hacia arriba, nos encontramos con una mejora, en tanto votos, del gobierno en comparación a las PASO. Mejora que deviene del esfuerzo de la militancia en el territorio por mantener en alza las banderas de lo nacional y popular. Esta militancia -las y los que nos tomamos en serio el devenir del país- que consiguió la diferencia sobre todo en provincia de Buenos Aires está motivada por una cadena de factores, entre los cuales encontramos el componente afectivo, que la une con la política y la impulsan a involucrarse en ese mundo. Dicha unión entre las bases y lo político pudo verse en formato cántico en el búnker del FDT, que interrumpía los discursos de quienes estaban parados sobre el escenario: “Néstor, mi buen amigo, esta campaña volveremos a estar contigo. Militaremos de sol a sol, somos los pibes, los soldados de Perón. No me importa lo que digan los gorilas de Clarín, vamos todos con Cristina a liberar el país.” He aquí a la líder política impregnada en la consigna de la militancia que remontó la situación del frente, de la coalición en la que está inserto el kirchnerismo.
Parece que algunos se olvidan que la mayor cantidad de voto duro lo aportó Cristina Fernandez de Kirchner a la que sólo se escuchó en boca de Axel Kicillof la noche del 14. Mujer que ha estado presente en el cierre de campaña, atravesando un posoperatorio que a cualquiera de nosotras nos hubiera dejado en cama largos días. No es cierto – y la nefasta de Bullrich y su gente lo saben- que Cristina no esté presente en los peores momentos. Que ciertas personas quieran olvidarse de su potencia, que sean tan necios de no darle la importancia histórica que merece, es otra cosa.
Comments