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¿Dónde estamos?


Comenzaré esta intentona de escrito diciendo algo sobre los estados de ánimo atravesados, sobre todo y abruptamente, desde mitad del 2023. Luego buscaré poner algunas ideas en el estante.

La angustia consciente es un privilegio.

No hay con quien no hable de lo que nos pasa en el cuerpo, con quien no intercambie sugerencias de dar un paso al costado, salir de las redes, apagar la tele, tomar vacaciones, prometer no tocar el tema -el político-, no responder a provocaciones y comentarios de gente que se supone nos quiere, queremos, o algo así... "Por primera vez en la vida hice caso y debo decir que vengo bastante bien, hace 10 días que no scrolleo portales, borré apps. Ahora puedo decir que tengo tiempo aunque sea inventado. Me siento a tomar un mate y pienso si habrá lugar en este dos ambientes para estar en silencio con mi angustia. Salgo al balcón a leer y escucho cacerolas. ¿Qué pasa? Parpadeo y viajo en el tiempo: tengo 9 años y estoy en la terraza de mamá viendo por dónde llega a casa porque las esquinas están cortadas, hay troncos de árboles prendidos fuego. Reacciono y vuelvo. Entro, no me queda otra más que encender la tele, habla el patilludo desquiciado. Salgo, estoy ahora frente al Congreso: 'que se vayan todos, que no quede ni uno solo'. ¿Qué? Yo. Yo estoy ahí, miro el reloj: la 1:36 AM y se me estruja el estómago, vomitaría pero sólo tengo adentro unos mates del mediodía."


La doble tarea del análisis.

Transcurrió un tiempo desde la ultima vez que escribí, admiro mucho a quienes tienen la lucidez justa para hacerlo en tiempos difíciles. Yo no puedo. No me sale escindir el cuerpo, conectar dedos y cerebro, luego lagrimales con estómago y lado izquierdo del pecho. Me asumo un poco amalgama sin detenerme del todo a pensar en aquello que se juega también en ese rol. Recuerdo los días previos al balotaje -mi esfuerzo por balancear las encuestas con lo que percibía en la calle- para reflexionar sobre lo concreto de mis equivocaciones. Me río de mi propia ingenuidad pero no creo que haya estado del todo errada, es trabajo complejo entender y transformar en un mismo movimiento. -¿Será mi falta de experiencia la que escriba 'complejo' y no 'imposible'? de momento dejo la frase como está-.

En tiempos de asquerosa neutralidad, considero una práctica obligatoria dar lugar al desacierto. Y esto cala un poco, toca vibras internas porque manejar la falla requiere en el fondo un hacerse cargo. Estar predispuestos a ello es vital y hasta estratégico, sobre todo cuando los pocos referentes del mainstream juvenil manejan un nivel importante de arrogancia. Decía entonces, no cerrarse ni dejarse atrapar por el campo único, dejar andar una praxis reflexiva y viceversa, escuchar el dialogo entre lo político y lo sociológico es importante porque el semblante social entibia la abstracción numérica a la que estamos acostumbrados, de manera que contribuye a dejar de ir por la vida hablando el idioma de las calificadoras de riesgo, por ejemplo.


¿Será Milei el fenómeno morboso de Argentina o daremos paso a que Villaruel deje el disfraz de humano para transformarse en dinosaurio?


Planetariamente transcurrimos momentos complejos, somos testigos y parte de cambios paulatinos, profundos, esenciales. El sonido ambiente es la desorientación, creemos pisar firme de momentos pero en otros resbalamos en picada. Sin embargo, observemos: es que se paró la pelota y el entretiempo comienza a mostrar sus síntomas, nos toca divisar el momento para juntar al equipo y recapitular, plantear nuevas jugadas, definir estrategias. Yo tampoco esperaba la metáfora pero sirve para bajar a tierra, y sí, se lee muy linda pero en Argentina vivimos en el apartado 1 de este texto. Hay crisis económica y de representación: miramos adentro e inflación mató galán, miramos arriba y los cerdos preparan las jeringas para extraernos la sangre -nuestros recursos naturales-, al costado hay forcejeo con el crimen organizado que quiere hacerse del poder estatal. ¿Y abajo? abajo comienzan a moverse las placas tectónicas sociales que toman forma de asambleas populares, las vemos cada noche en las plazas de barrio. Se resquebraja el viejo orden al tiempo que se complejiza el escenario, porque ni es el 2001, ni ellos son los mismos ni nosotros como sociedad lo somos. De aquel lado la mafia, el capital y la familia militar entraron por la puerta democrática, es decir que parte del pueblo por ahora se cree integrado a los anteriores. De este lado la memoria de los 30 mil, la justicia social, el feminismo y ambientalismo, lo colectivo.

La emulsión de los componentes puede dar cualquier resultado posible: siempre se puede estar peor y la oscuridad es capaz de desplegar matices más intensos. Por lo tanto, nuestra expertise para ampliar el campo de lo posible será fundamental, es necesario mantenernos despiertos no solo para dejar de ceder sino también para reinventarnos y estar a la altura de las nuevas demandas.


La rancia discursiva libertaria


Mientras el presidente Milei, su equipo de cancheritos y los supuestos medios de comunicación se siguen babeando con el imperio norteamericano y repitiendo como loros que el Estado debe reducirse a su mínima expresión para que el mercado blablabla, el mundo ya dobló la esquina. Respecto a Estados Unidos, basta con leer el discurso de J Sullivan de abril 2023, o los informes del FMI, u ojear The Economist, el New York Times o, simplemente prestar atención a algunas cuentas de X para percibir el cambio de estrategia. Si miramos a Europa también se divisa el giro, o cómo explicamos lo del Nord Stram II y el gas ruso? o los aranceles y restricciones a China? Qué decir sobre el 5G de Huawei?. O el libre mercado está sujeto al interés de un Estado o no estaríamos viendo la rentabilidad de pasar a comprar gas de 6 a 45 dolares el MBTU. Parece que tampoco estamos enterados que Biden promovió aumentar el impuesto a los ricos y puso los billetes para la inversión más grande de la historia en lo que se conoce como Bipartisan Infrastructure Investment and Jobs Act, sin nombrar la IRA o la CHIPS and Science Act. Allá es inversión, acá subvención, pero no lo vemos porque se escudan atrás de construcciones verbales que jamás cuestionaríamos: transición energética, tecnología verde, terrorismo, paz, democracia.

Bueno, poco puede mantenerse un experimento de gobierno en este contexto sin generar la rebeldía de su población.


Un compromiso ciudadano.


Se tornó completamente insostenible eso de fingir demencia, simplemente porque no vivimos en los países que se yerguen a costa nuestro. Mirarnos y aceptar nuestro rol, ver y entender en qué casillero estamos parados y para qué equipo jugamos es a esta altura algo elemental, casi de vida o muerte. Y sé, sabemos, que requiere un esfuerzo desgarrador muchas veces asumir la tarea de escuchar, de ponernos en el lugar de otre, invertir tiempo en dialogar, abrirnos en definitiva, desde el afecto. Pero qué es la vida sino ese acto de entrega a un porvenir mejor? Quienes me conocen ya saben la emocionalidad que tengo por un artista que pintaba girasoles, de modo que me parece lindo finalizar compartiendo un fragmento de su última correspondencia a su hermano, y hacer un intento de interpelación compartida:

".. me arriesgo en la vida y la razón -deshecha en parte-, pero, que yo sepa tú no te encuentras entre los marchands de hombres; y creo que te puedes implicar actuando del modo más humano que se pueda, pero...

(tú) ¿Qué deseas?"


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1 Comment


jessicamarielfernandez
Jan 15, 2024

Siempre tan perfecta en la lirica sacando los sentimientos y plasmandoloros casi como una fotografía de la angustía y la realidad actual. Sos arte, jamás dejes de escribis. Es un deleite que nadie debería de privarse. Vamos a estar bien. Te quiero.

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